Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

lunes, 28 de junio de 2010

SOBRE MIGUELITO… tercera parte


Cada vez que tengo la posibilidad de establecer “esos diálogos creadores” con los muchachos de CIP CRC San Bernardo mi interés principal es conocerlos, saber quienes son, saber de dónde vienen, hacia dónde van, cuáles son sus inquietudes, sus intereses, quienes son sus padres, en que barrio viven, cuál es el significado de su apellido, su origen, las raíces que le dan la fortaleza al árbol en ciernes que resulta ser su vida. En ese proceso de conocerlos ellos también preguntan sobre mi vida y juntos comenzamos a construir o deconstruir nuestra historia. Somos piezas de un mismo instrumento de relojería. Nuestras vidas están más cruzadas de lo que imaginamos. La rabia, la pobreza, la vida en condiciones muy por debajo de la mínima dignidad humana nos hermana en el dolor. En un punto inexacto de nuestra historia nuestras opciones nos llevaron por caminos separados. Yo me sumergí en la lectura y en la organización social y hoy trabajo con ellos.

La amplia mayoría de los muchachos del Centro de Reclusión Cerrado (CRC) está condenado por delitos contra la propiedad privada, el verdadero dios de la sociedad de consumo, también los hay que han cometido delitos sexuales u homicidios. Ya han sido condenados por la justicia. . Cuando realizo una labor pedagógica con ellos, creo en la pedagogía en tanto que terapéutica. Creo que la acción pedagógica puede modificar su mirada respecto de las cosas, la puede profundizar, puede entregarles elementos de análisis, por último puede hacer ver la posibilidad real de otros caminos, otros senderos para seguir andando, la decisión final, la opción, será siempre de los muchachos.

Cuando miro a mis estudiantes veo los barrios en los que han crecido, las calaminas en las que viven, veo los índices macroeconómicos, la repartición vergonzosa de las riquezas, la brutal desigualdad, el sueldo mínimo, el sueldo máximo, la educación que recibe la élite y la educación que han recibido en las escuelas públicas o particulares subvencionadas los otros. Veo razones, veo causas estructurales, veo la desidia de unos pocos y pienso que mientras en nuestro país se mantengan esas profundas diferencias entre los que detentan el poder y quienes viven de las migajas lanzadas con hastío por ellos, no habrá solución posible para un problema cuya raíz está en lo social. Educar en Chile ya no tiene la misma consistencia que tenía antes. Hoy día preparamos a nuestros estudiantes para que rindan pruebas, exámenes de admisión, test de esto o de lo otro, y junto con ello perdemos la esencia de nuestra labor, nos alejamos irremediablemente del sentido profundo que nos hizo elegir esta profesión que se construye como un oficio, con el cotidiano aprendizaje y la permanente interacción con los otros. Nos terminamos de parecer a aquellos médicos que alguna vez juraron atender al desvalido o necesitado de ayuda sin importar su condición y que ahora no tienen más tiempo ético que para sus consultas privadas.

Miguelito aprovechó los bemoles de la puerta giratoria. Por ahí ha de andar, sin saber que ha sido pieza fundante de un pedazo de reflexión que no termina de plantearse. Este viernes celebré Wetripantu (año nuevo) en casa de un viejo amigo, Rockberto y su compañera “Piedra de Oro”. La luna está más llena que de costumbre y su cara de conejo nos mira con ojos asombrados. El frío es un soberano distractor a esta hora de la noche. Pedí salud para Carol y mi hijo que está por nacer, di gracias a la madre tierra por soportarme aún con su paciencia ancestral, comí piñones, porotos fríos, maní con merkén y otras delicias y luego me fui, sereno, aguardando el porvenir con ojo avizor, sin apuro, buscando en el sueño, la energía de mis antepasados.

jueves, 24 de junio de 2010

EL RETORNO DEL SOL. PRIMER DÍA


Primer día. El sol comienza a levantarse sobre un cielo más azul que de costumbre. Es el primer día tras una larga jornada de sueños inconclusos. ¿Cuántas cosas por hacer?, ¿Cuántas cosas?. Ha sido un buen año, pese a todo. Un gran año, pleno de sobresaltos y desafíos y este, que comienza con esta jornada de sol tras la lluvia purificadora, trae también los suyos. El día es energía pura, la mañana es más fría que otras mañanas, la noche fue la noche más larga de todas, la primera noche, la última. Otro ciclo comienza, otro ciclo. La madre tierra se prepara y con ella, todos nosotros. Es el tiempo de la transformación, del crecimiento interior, de la espera sin apuro, del retorno a paso de gallo de los días cálidos, de la luminosidad, del germinar de las semillas, de los nacimientos, de la explosión del color, de las lluvias bienhechoras, de la brisa que sobrecoge, del cielo límpido, de la voz profunda de los antepasados que señalan el camino correcto a través de los sueños. Es el tiempo del nuevo despertar, del baño a eso de las 5 de la mañana en el río sagrado, de la fiesta, de la alegría, de la energía poderosa que trae consigo la primera luminosidad de la mañana y que ha de acompañarme el resto del año. Es el primer día del año, el primer día de un nuevo año para todos los hijos de la madre Tierra, el primer día para caminar más seguros y fortalecidos en nuestras convicciones, el primer día para mirar y ver más allá de lo evidente, el primer día para echar a andar con paso seguro y una caldera inagotable por corazón.

viernes, 18 de junio de 2010

SOBRE MIGUELITO o el sentido de mis creencias…



SEGUNDA PARTE

Llevo poco más de una década ejerciendo de profesor y poco menos de 30 en el ámbito de la educación social.
_Ahora me pagan por lo que solía hacer gratis con los viejos amigos del barrio_, suelo comentarle, medio en broma medio en serio, a mis alumnos. ¡Cuánto he aprendido en este largo camino!. ¡Cuánto aún me queda por descubrir!. Al principio solía adoptar un aire de autosuficiencia que a veces rayaba en la arrogancia. Poco a poco he ido comprendiendo algunas sencillas verdades que me han hecho fuerte: “Reconocer mi debilidad es el comienzo de mi fortaleza”, “El error es una excelente posibilidad para mejorar mi práctica pedagógica”, “No existen los estudiantes-problemas. El problema radica en nuestra imposibilidad de influir en ellos. Luego, el problema no son nuestros estudiantes sino nuestra propia inexacta mirada y deficiente práctica”, “Yo no tengo nada que enseñar, no soy un manual, ni un instructivo. Tal vez sí puedo influir, tal vez sí puedo generar reflexión, tal vez sí puedo generar duda, suave brisa o furioso vendaval, todo depende de la energía de mi aleteo”, “mi interés principal en una clase no es imponer mi punto de vista, sino instalar la necesidad de CONTAR CON UN PUNTO DE VISTA en mis estudiantes”, “Debo ser consecuente y mi discurso debe estar ceñido a mi práctica y ambos (discurso y práctica) deben dar cuenta de mi visión, de mi forma de concebir el mundo, ese mundo en el que quiero que mis hijos se hagan hombres y mujer”, “el amor hacia la especie humana es una fuerza prodigiosa”, “Aprender no es sólo recordar información valiosa el día de una prueba, también lo es reconocerse, descubrirse talentos ocultos, adoptar una posición meditada en la vida, recordar que lo esencial es invisible a los ojos”, “Mis estudiantes aprenden de mí, y yo también aprendo de ellos. Y si siento que no aprendo de ellos, debo aguzar más el oído, afinar el tacto, silenciar más mi voz y ajustar la mirada. Ellos todos los días me enseñan cosas nuevas”, “Cualquier situación es susceptible de ser interpretada o trabajada pedagógicamente, incluso las más insólitas, tan sólo debemos pensar pedagógicamente”. Etc. y etc.

Siempre he considerado a Miguelito un estudiante, un ALUMNO en el sentido clásico socrático, alguien con quien hay que desarrollar un trabajo para que encuentre la luz que está guardada en su mundo interior. Parte importante de mi labor pedagógica consiste, precisamente, en promover esa búsqueda interior, ese conocerse y reconocerse en el diálogo, en la influencia mutua, en la interacción con los otros y otras (CONTINUARA)

miércoles, 16 de junio de 2010

SOBRE MIGUELITO O EL SENTIDO DE MIS CREENCIAS

(A raíz de la noticia de su reciente detención)
PRIMERA PARTE

Hace algún tiempo se hizo “famoso”, atacó prensa como suelen decir los muchachos con quienes trabajo en CIP CRC SAN BERNARDO. Era más bien pequeño, a juzgar por lo que podíamos apreciar a través de la televisión. Su rostro cubierto por esa bruma de invisibilidad para los menores de edad. Nadie sabía su nombre completo, pero todos lo conocieron por Miguelito. Luego se hizo habitué en la hora de la prensa roja, cierto día lo oí gritar algo respecto de “mi señora, mi señora”, mientras lo subían a un furgón policial y luego vimos a su madre mientras caía por unas escaleras luego de golpear a unos periodistas. Después no supe más de él hasta que lo vi un día, más pequeño y macizo de lo que pensaba, “dando jugo” en el patio de Casa 4, intentando imponerse, marcar respeto, no pasar por débil o pollo. No le fue fácil la cosa. Días después de haber llegado recibió una paliza y luego otra, hablaba mucho, gesticulaba demasiado pero no convencía al resto como él hubiese querido.


Un día, hacíamos una clase de lenguaje con mi compañera de aquel entonces (Betty). Nuestro estilo siempre marcó la diferencia con respecto a los otros profesores. La puerta de nuestra sala siempre estaba abierta y el que quisiera entrar podía hacerlo, ya fuera estudiante de la enseñanza básica, media, un perdido, aburrido o alguien que quisiera molestar un poco para pasar el rato en la cárcel. Nuestro trabajo no era hacer la clase de lenguaje. Ella (la clase de lenguaje) era tan sólo la excusa para generar corrientes de pensamiento, era la mejor excusa para establecer un puente de diálogo entre el universo de los muchachos y nuestro propio y particular universo. Mi creencia, en ese sentido, siempre ha sido que el tema central de una clase, no es la clase en sí misma, sino lo que podemos generar a partir del dialogo fluido entre nosotros. El estudiante lleva a cuestas su mundo, su mirada, su perspectiva, sus modos de relacionarse, su cosmovisión, su cultura, sus propias creencias. Para que exista un proceso de aprendizaje real, debe existir un proceso de interacción en ese ámbito, en el ámbito de lo que Bourdieu define como el Capital Simbólico.
¿Cómo puedo, en tanto profesor, trabajar el concepto de comprensión lectora en un estudiante que no ha desarrollado el amor por la lectura?. ¿Cómo puedo analizar hechos históricos cuando la propia comprensión del presente está incompleta?. ¿Cómo puedo pedir profundidad de ideas si la TV me enseña a diario, un modo sencillo y libre de crítica de ver el mundo?. Nuestra misión pedagógica debe ser desarrollar esas herramientas de comprensión, nuestro trabajo pedagógico debe estar, entonces, centrado en construir, a través del dialogo, una forma de reflexionar, una manera particular de ver la realidad, un modo genuino de apropiarse del mundo para luego, transformarlo. Paulo Freire, en su proceso de enseñar a apropiarse de las letras a campesinos analfabetos, también promovía, en ese proceso, la necesidad de una mirada profunda que impulsaba a esos mismos campesinos a conocer y apropiarse de su realidad y en ese descubrir, reconocerse y mirar de manera crítica es que surge, briosa e incontenible, la necesidad de transformarla, para tornarla más justa, más digna de ser vivida. Concienciación llamó a aquel proceso ubicado en las antípodas de lo que denominó como Educación Bancaria.
Miguelito entró a nuestras clases, no con la frecuencia que hubiésemos querido, pero allí estaba, sin obligación alguna, ejerciendo soberanamente (si se puede usar este término en el contexto de su temprana privación de libertad) su voluntad de ser influenciado por este par de locos que resultábamos ser los profesores. Entró a una clase de lenguaje para estudiantes de enseñanza media (primer ciclo de educación de adultos) siendo alumno del último nivel de enseñanza básica, entró a nuestra clase y las primeras veces sucedía siempre lo mismo, salía dando portazos, garabateando a medio mundo, incluidos nosotros por cierto, repudiándonos, odiándonos por alguna indefinida razón ubicada en algún punto de su memoria.
Yo intentaba entender su comportamiento. Otra de mis creencias es que esa reacción no es sino una consecuencia de otras profundas razones. ¿No fue acaso este muchacho desechado, estigmatizado, violentado por la escuela tradicional?. ¿No fue acaso un “alumno problema”, según algunos de sus viejos profesores?. Miguelito atacaba con furia ESA imagen de profesor, aquel que no hizo nada por encontrar sus talentos ocultos, aquel que no fue capaz de estremecerlo, de hacerlo dudar, de “mirar” profundamente, de mirarse y reconocerse. Miguelito me miraba, pero no era a mí a quien veía. El miraba esa imagen de autoridad autoritaria que lo despreció y a esa imagen respondía con violencia… y créanme, en ese contexto yo le encontraba toda y absolutamente toda la razón. Mi misión con él no era conectarme con su rabia ni hablar a través de mi ego herido. Mi labor pedagógica siempre debe estar por encima de todo aquello. Mi misión, en definitiva, era hacerle ver a través de mi práctica, que este profesor estaba hecho de otra madera y que de nuestra influencia mutua ambos podríamos salir fortalecidos. (CONTINUARA)…

miércoles, 9 de junio de 2010

CRÓNICAS DESDE...


A MODO DE INTRODUCCION SEGUNDA

Un joven entre 14 y 17 años no es considerado un ciudadano en muchos aspectos de su vida social. Por ejemplo no tiene la capacidad de votar en elecciones, es decir, no puede elegir a los gobernantes en nuestra maravillosa democracia representativa, pero esos mismos gobernantes y hacedores de leyes lo pueden encerrar por atentar contra la propiedad privada, el nuevo dios en estos tiempos en que las leyes de mercado son las nuevas Tablas de la Ley.
Un joven entre 14 y 17 años tiene el deber de pagar como un adulto, en una cárcel, con gendarmes armados, allanamientos periódicos y línea de fuego, su conducta y sus acciones antisociales; pero tiene prohibido conducir un vehículo o viajar fuera del país sin autorización expresa de sus padres, puesto que es “joven”, y ese estado tan particular de gracia y ensueño le impide tomar decisiones profundas en algunos aspectos de su vida, pero si toca la propiedad privada de otro la cosa cambia de manera drástica y se acepta con toda la argumentación jurídica posible su responsabilidad penal, es decir, la posibilidad de sancionarlo y encarcelarlo.

En algún momento amargo de nuestra historia los Medios de Comunicación terminaron por reemplazar a la escuela en la producción inicial de pensamiento e instalaron imágenes y formas de pensar que de tanto repetirlas diariamente se arraigaron en nuestra forma de concebir el mundo convirtiéndose en parte sustancial de nuestros supuestos y creencias. Bourdieu decía en uno de sus textos que “la ausencia de cultura viene acompañada de la ausencia del sentimiento de esa ausencia” y del mismo modo muchas de nuestras formas de pensar y “ver el mundo”, que creemos genuinas y tan propias de nuestra individualidad, de nuestro ser interior, no son sino “instalaciones” que repetimos hasta el cansancio. De otra manera no me explico cómo es que uno de los dos grandes “temas país” sea el manido concepto de DELINCUENCIA, concepto en torno del cual se construyen políticas globales, se invierten millonarias cifras, de destinan recursos humanos, se llenan páginas en los medios de comunicación escrita y se ocupa prácticamente la mitad de los noticiarios televisivos (casi media hora y a veces más) para hablar de ello, instalando la permanente sensación de peligro, miedo, desconfianza e inseguridad.
Con lo escrito anteriormente no quisiera relativizar el tema de la delincuencia. Al contrario. Sin embargo quisiera establecer un último punto respecto de una mirada en torno a CAUSA-CONSECUENCIA. Me explico y quisiera centrar este breve análisis en torno al concepto de Responsabilidad Penal Adolescente, pues mi creencia es que la delincuencia no es sino la consecuencia de una sociedad injusta, como la nuestra.
Diesterweg, considerado por muchos el padre del concepto de Pedagogía Social responsabiliza al conjunto de la sociedad por la conducta “antisocial” del adolescente. Es decir, señala que es la propia sociedad, encarnada en la mirada y conducción omnipotente del Estado, la que debe velar por que ese muchacho viva en condiciones de una mínima dignidad, tenga los elementos que le permitan una educación y promoción de todas sus capacidades, no pase hambre, ni frío, cuente con redes sociales que lo promuevan, que pueda jugar en parques verdosos y frondosos por las tardes, que no se cruce con 200 perros callejeros antes de llegar a su hogar ni con la basura desparramada por todas las calles, ni con los ríos de agua en invierno a falta de sistemas de evacuación de aguas ni con los ríos de agua en verano al abrirse los grifos a falta de piscinas, ni con el asfalto destruido en todas las calles, que sus paredes sean tan sólidas que le impidan escuchar lo que habla el vecino de arriba…y el de abajo… y el de atrás… y el de enfrente, que cuente con medios de comunicación masiva que favorezcan su aprendizaje de temas profundos y no su embrutecimiento, que acceda a un sistema escolar que lo va a potenciar pese a sus posibles necesidades especiales de aprendizaje y no lo va a desechar pues puede bajarle el puntaje en alguno de los sistemas de medición de calidad, que sus padres trabajen cerca del hogar y no tengan que viajar dos horas de ida y dos horas de vuelta a su casa, que sus padres trabajen 8 horas por un sueldo decente, que sus padres descansen 8 horas y ¡nada, nada nada! menos, que sus padres tengan 8 horas de recreación, horas en las que tengan la posibilidad de ir al cine del barrio, a la biblioteca del barrio, a la junta de vecinos del barrio para ver una obra de teatro, o una presentación de títeres o una peña, o un bingo o lo que diablos estén dando en su barrio, que su familia tenga al menos la posibilidad de reunirse al menos una vez al día en torno de una mesa para comentar lo que se viene o como estuvo el día, que se acueste y sueñe y en sus sueños no sueñe con la posibilidad de un mundo mejor, pues ese mundo mejor será parte de su realidad al despertar a la vida al otro día...

Tal vez, y he ahí la creencia que impulsa parte de mi andar, si todo esto fuera posible, la delincuencia no sería tema. ¡¡QUE ASÍ SEA!!.

Algunos enlaces interesantes al tema de la Responsabilidad Penal Adolescente
http://www.iin.oea.org/indice_adolescentes_y_responsabilidad_p.htm
http://www.atinachile.cl/content/view/633886/DERECHO-DE-SER-JOVENES.html
http://www.bcn.cl/erecomen/justicia/responsabilidad-penal-juvenil
http://www.emol.com/especiales/ley_responsabilidad_penal_adolescente/
http://www.universia.cl/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=93031
http://www.elciudadano.cl/2009/01/13/jovenes-sin-brujula-o-la-brujula-de-ser-joven/
http://www.achnu.cl/

sábado, 5 de junio de 2010

CRÓNICAS DESDE LA CÁRCEL

A MODO DE INTRODUCCIÓN PRIMERA

La cárcel es mi segundo hogar, la cárcel es la tierra árida de donde vengo y el espacio cargado de relatos hacia donde voy. Mi hogar es mi guarida, los altos paltos que todavía no tengo, un pequeño parque en el que corren los hijos, el murmullo de un río no muy lejos de mi sitio, una casa de madera cuyo tercer piso permita contemplar las estrellas y cuya puerta de entrada mire siempre hacia el este, hacia la alta tierra de los antepasados; una escultura de madera, una biblioteca inagotable, una fuente sobre la que pasen las horas en su fina cabalgata, trozos dispersos de un rompecabezas que se construye lentamente, con una paciencia prodigiosa venida de muy antiguo.

La cárcel no tiene tiempo, pertenece a otro ámbito de la existencia, es el otro lado del espejo, tan cercano y real que sobrecoge, tan retorcido y lleno de energía que debo estar siempre cargado de mi propia energía para caminar y seguir andando.
El reloj controla todas las acciones con su rueda en movimiento, hora de levantarse, hora de tomar el desayuno, entrar a los talleres, a clases, apoyo sicopedagógico, hora del almuerzo, ajuste de cuentas, día sin nubes y muy frío, cigarro tras cigarro, pago de protección, ajuste de cuentas, broma, siesta playera, chinche con cola, ajuste de cuentas, trampeo, guapeo, mirada inquisidora, chasqueo de dedos, chispeo, flor de chuleta, paqueado a Casa 5, gendarmes, noticia del día, tirar huincha en el patio, siesta playera de nuevo, el sol en la casilla número 3, el sol en la casilla número 4, partido de tenis a luca, partida de naipes a quinientos, profe le tengo un bolsito, chinche tenís chicle, grábame unos videos de reggaeton, tráeme unas sopas de letras,
_ ¿Se acaba el mundo el 2012?.
_ No tengo idea, el calendario parece que termina en esa época, pero los mayas eran un pueblo tremendamente culto, en realidad no tanto, había una élite que gobernaba y controlaba todo.
_Y que es élite.
_Elite es una minoría que disfruta lo que una mayoría no puede disfrutar
_Como aquí pos' chinche, uno vive peor que los guarenes, en cambio los otros puro bacanear.
_ Toda la razón "peineta". Pero recuerda siempre que su mejor alimento es nuestra propia ignorancia, la tuya y la mía y la de todos estos pasteles.
_ ¡Mejor que se acabe esta gueva pal 2012!, o no, chinche?
_ Yo prefiero que no, pero lo mejor es que poco nos queda para saberlo, si no sales pronto de aquí, te va a pillar encerrado la destrucción.
El sol en la casilla 5, patio sucio, papeles y envoltorios de dulces, el viento que enfría más aún lo que queda del día, los mayas y un pedazo de su historia en una clase de lenguaje, América se oscurece lentamente, sus hijos encerrados se alinean en el patio de la Casa 1, sus nombres son números, algunos se despiden de mi, moviendo lentamente la cabeza. Yo siento que nos falto mucho tiempo para conversar. Será para mañana.

martes, 1 de junio de 2010

LA LLUVIA REVELADA

Sí. Veo a mi abuela con su traje de campesina caminando a mi lado como si de un gran árbol andante se tratara. Era el verano de 1988. María Inés Ancamil Quintrel me prodigaba su sombra y yo me cobijaba en ella como queriendo protegerme del tedioso sol de febrero. La angosta y larga hijuela era el campito que mi abuelo trabajó gran parte de su vida. Tierra con otros dueños, terratenientes huincas.

No hablábamos. Ella miraba los surcos dejados por el arado en la blanda tierra. Yo lo miraba todo, sentía la humedad del aire, el olor de las cosas, el sonido del viento cruzando los aromos. El algún momento del camino me miró solemnemente y con un aire de profesita me dijo que al otro día se desataría una gran lluvia. Yo la escuché incrédulo, absolutamente incrédulo. El calor era intenso; una suave brisa nos envolvía; el cielo era celeste y ninguna, ¡ninguna nube! cruzaba su plana estructura. ¿Cómo podía hablar de lluvias mi abuela?. La lluvia avisa su presencia, se deja ver desde temprano, pensaba yo en mi lógica ceñida a la realidad… pero en un día de sol, en pleno verano, sin una mínima señal que avisara su presencia.

_ Imposible, pues abuela_ Le dije con erudita convicción. _ ¿Cómo sabe usted que va a llover mañana con el tremendo calor que hace.

Me miró con tristeza, luego su expresión se agrió. ¿Tan contaminado estaba este nieto suyo de la mentalidad huinca?. ¿Tanto tiempo me había ausentado del camino de sus raíces?.

_ ¡Cómo no voy a saber¡, ¡Soy campesina, soy mapuche! _ me dijo y me observó directamente al corazón con una estatura de tan humilde dignidad que me sobrecogió. Me señaló el suelo y extrañas formaciones de barro que se elevaban como pequeños murallones en torno a un agujero en la tierra, y había otras más, muchas de estas pequeñas estructuras de barro en las que yo no había reparado y otros tantos agujeros cavados, según me contaba la abuela, por los camarones de tierra, extraños habitantes de las zonas bajas y húmedas que protegen sus cuevas… de la lluvia que viene.

La abuela continuó su andar silenciosamente. Todo en mí había cambiado. Toda mi estructura mental había sido estremecida por esa revelación. Aún hoy recuerdo aquel día. Mi abuela nunca fue a la Universidad y no se especializó en ninguna carrera. Era campesina y mapuche, simple y llanamente. No era erudita, pero esa lección y tantas otras que he recibido en todo este tiempo. Me han hecho comprender lo inútil del conocimiento formal si no está ligada al conocimiento ancestral, aquel que nos hace más humanos, más pertenecientes a la tierra, menos dueños de ella, más sencillos. Más dignamente sencillos.

Por cierto, aquel otro día de verano de 1988, llovió como no había visto en mucho tiempo.

(texto publicado en revista "La Tiza", del Directorio Regional Metropolitano Del Colegio de Profesores, edición abril-mayo de 2000 bajo el seudónimo de Antonio Ancamil)