Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

domingo, 22 de septiembre de 2013

10 TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

El siguiente texto de Noam Chomsky nos obliga a mirar nuestra realidad comunicacional, mirar los programas de televisión abierta, mirar los titulares de los diarios de circulación nacional, mirar los noticiarios, percatarnos en dónde instalan el acento, el interés, la forma en que los dueños del poder comunicacional enfrentan cada tema, el particular interés que despiertan algunas "noticias" en desmedro de otras, el daño que le hacen a nuestro pensamiento crítico o a nuestra supuesta libertad de pensamiento, la forma tenebrosa en que controlan, construyen y promueven modos particulares y obtusos de información. Basta sólo mirar, analizar y darnos cuenta...

1. La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. "Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas".

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.
Este método también es llamado "problema-reacción-solución". Se crea un problema, una "situación" prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como "dolorosa y necesaria", obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? "Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver "Armas silenciosas para guerras tranquilas")".

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad.
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Texto encontrado en:http://disenosocial.org/las-10-estrategias-de-manipulacion-mediatica/

sábado, 21 de septiembre de 2013

NO PUEDO ESPERAR QUE UN CHICO CON HAMBRE APRENDA

EXTRAÍDO DE LA WEB (VER AL FINAL)

Si hay algo que definitivamente no puede decirse de Agostina Di Stefano es que no conoce los materiales con que trabaja. La vida de esta profesora de inglés nacida en Hurlingham hace casi 26 años, que a través de su blog, "La Bonaerense", abre ventanas al diario sufrir en barrios marginales del Gran Buenos Aires, ha tenido su cuota de precariedad. "A los dos años mis viejos me dejaron en la casa de mis abuelos (en Montevideo) porque no podían hacerse cargo de dos hijos", cuenta; a los cuatro regresó a su barrio natal sólo para volver a Uruguay a los seis junto a toda la familia. Hasta los catorce vivió en tierra extranjera con dificultades de adaptación (no la ayudó a superar esas dificultades la discriminación hacia los argentinos, proveniente incluso de algunos maestros; por fortuna, dice, hubo otros en los que pudo apoyarse). Ya de vuelta en la Argentina, trabajó como camarera hasta los 23 para ayudar a sostener a su familia, porque sus padres estaban desocupados; luego cursó el profesorado de inglés. Vivió en Palermo y ahora reside en Once. Se define como "una atea devota" y a la docencia la lleva, por decirlo mediante una frase ya muy recorrida, en la sangre.

¿Ha cambiado tu forma de ver las cosas a partir de tu experiencia como docente en escuelas de zonas marginales?
Sí. Puedo empezar con el lugar común: no me hago problema por estupideces. Soy más feliz con lo que tengo y me reconcilié con mi propia historia de vida. Cuando empecé no tenía idea de cómo resolver la mayoría de los problemas que se me presentaban. Nadie te enseña a llevar adelante lo que vos planificaste cuando se desmaya un alumno porque no come hace dos días. En las escuelas donde trabajo no basta con el título, se necesita mucha paciencia y dedicación. Ahora sé que en las villas se vive el día a día. Nadie piensa en el futuro porque es más importante ocuparse de conseguir un plato de comida. Me encontré con niños que no sueñan con ser doctores o abogados, que no entienden consignas sencillas porque no han sido estimulados correctamente desde su nacimiento. Y lo más importante: ahora puedo decir que conozco el significado de la escuela pública en la sociedad. Valoro mucho más el rol docente porque veo el esfuerzo de muchas compañeras y compañeros. A la escuela la hacen los docentes y los alumnos; con más o menos presupuesto, lo que se necesite se consigue porque siempre hay un docente que se mueve para que las cosas funcionen.

Más de una vez, dentro y fuera del blog, hablaste de una carga de negatividad por tu trabajo de la que tratás de desprenderte (pienso, por ejemplo, en tu post sobre el "miércoles palermístico").¿Es posible hacerlo?
No, no es posible. Es cierto que trabajar en zonas marginales, y por tanto violentas, contribuye al desgaste que genera la docencia per se. Ves que un chico progresa, que se consiguieron ventiladores para una escuela, y por otro lado tenés cinco chicos desnutridos, otros tantos menores de doce años que trabajan y muchísimos que son golpeados asiduamente. Se sabe que quienes trabajan con víctimas de cualquier tipo de violencia se exponen a un nivel de desgaste profesional alto que puede derivar en el famoso burnout. Para evitar o amortiguar el efecto nocivo que produce la tarea docente en contextos de violencia, debemos mirarnos a nosotros mismos también, no solo a las personas con las que tratamos. Reconocer cuándo estamos agotados, estresados, es una de las estrategias del autocuidado. Pero reconozco que es difícil preocuparse por uno mismo cuando sentimos cansancio o algún malestar físico si nuestros alumnos viven con problemáticas mucho más graves.

"Mis compañeros de trabajo no me leen, pero si lo hicieran, muchos me odiarían."
Cuando vivía en Palermo el contraste era muy notorio; era agradable vivir allí, pero no me sentía tan cómoda, ya que compartía el barrio con personas que se preocupaban de cosas que para mí eran estupideces. Pero entiendo que es complicado tener conciencia social cuando el único contacto con la pobreza que tenés es un cartonero trabajando en la esquina de tu casa. Con esto quiero decir que ahora que vivo en Once me siento mejor; Palermo, Recoleta, son zonas que no reflejan lo que es Buenos Aires para mí.

Una pregunta hipertrillada, pero -me parece- ineludible: ¿Cuál de todas las historias que contás en "La Bonaerense" es la que más te afectó?
Es difícil. Hay muchas que me afectan tanto que ni siquiera pude llegar a contarlas todavía. Pero la historia de Luz, la chica que se desmayó en mi clase, me dolió mucho. Sobre todo porque yo no la había mirado; no noté su delgadez entre las demás, ni sus ojeras. Tuvo que pasar eso para que yo me diera cuenta de su estado, para que siguiera de cerca su día a día. Me sentí mal porque me perdí entre otras historias y no pude reparar en la suya, en su problema. Me hace pensar en todos los chicos que, como Luz al principio, pasan desapercibidos para mí, simplemente porque estamos ocupados pensando en los casos más graves. Ahora, después de meses de trabajo, Luz mejoró muchísimo, como así también mejoraron los alumnos con los que estamos trabajando hace tiempo, pero ¿y los demás?

¿Por qué decidiste abrir el blog?
En realidad fue la idea de mi ex novio. Yo llegaba a casa todos los días con una historia nueva, algunas veces llorando, otras muy animada, y él siempre me pedía que escribiera esas anécdotas, me decía que se encargaría del resto. Incluso eligió el nombre también. A mí me daba un poco de vergüenza al principio --pensaba que a nadie podría interesarle lo que yo tenía para contar-- pero empezó a atraerme la idea de luchar contra el estigma de la docencia. Mucha gente considera que se opta por la docencia para trabajar menos o porque no alcanza el coeficiente intelectual para una carrera más importante. No espacios donde pudiésemos defendernos, y además me parecía importante que muchas personas que sólo tienen contacto con la pobreza viendo a los cartoneros o a los chicos en el subte pudieran conocer la realidad más allá de las noticias, que casi siempre son negativas o se olvidan rápidamente.

¿De dónde pensás que viene este "estigma de la docencia"? ¿De que los propios docentes no se interesan en comunicar, del sistema jerárquico, de los prejuicios de la propia gente...?
Hace tiempo una profesora muy querida me contó una anécdota que escuchó de Guillermo Jaim Etcheverry en una conferencia. Hacía referencia a su sobrina, abogada, y a su hija de siete u ocho años. Su hija repetía constantemente que su maestra era muy buena, muy cariñosa, y por sobre todo muy inteligente. La chiquita hacía énfasis en que su maestra sabía de todo, porque era la persona más inteligente que conocía. Su mamá se cansó de escucharla y le dijo: "No debe ser tan inteligente, porque si lo fuera, habría estudiado otra cosa".
Pienso que la culpa la tenemos los propios docentes, aquellos que no le dan la importancia necesaria a su labor porque no se sienten bien remunerados o por el cansancio que genera la tarea. Yo sé que voy a ser docente mientras pueda dar todo de mí y sentirme orgullosa con mis logros. El día que vea no quiero ir más a la escuela o que no tengo ganas de hacerme cargo de mi rol de la manera que lo hago ahora, me voy a dedicar a otra cosa.
Hay docentes que se quedan con su título y no siguen estudiando, siguen con la metodología que empleaban veinte años atrás; ésos son los que nos dan mala fama.
También creo que la sociedad no cuida a los docentes como debería: piensan que pedimos demasiada remuneración por el simple trabajo que realizamos, cuando en realidad un docente llega a su casa y tiene horas de trabajo pendientes. Los famosos tres meses de vacaciones (que en realidad no son tres meses) también influyen en la mirada negativa hacia nosotros.

Entiendo tu defensa de la docencia, pero también es cierto que en el blog no te privás de señalar la falta de interés, de formación o de habilidad de algunos de tus colegas. ¿Te generó esto alguna queja o enfrentamiento?
Claro que crítico. Es cierto que es mucho más complicado ser docente hoy en día que hace diez años. Pero hay que tener en cuenta que nadie nos obliga a trabajar de eso. No me gusta ver docentes que perdieron las ganas de trabajar y se aprovechan de la falta de control por parte de los directivos. En las escuelas donde trabajo nadie entra a observar si estoy haciendo bien las cosas o no.
En general los docentes que leen mi blog no me critican. No exagero, es una realidad que en la provincia o al menos en las escuelas de las zonas donde trabajo, existe. Mis compañeros de trabajo no me leen, pero si lo hicieran, muchos me odiarían.

¿Y los padres? ¿Alguna vez el padre o familiar de alguno de tus alumnos leyó su historia en tu blog? Y en ese caso ¿cuál fue su reacción?
No. Sólo un alumno me lee. Le pasé la dirección del blog hace tiempo y me contó que le había gustado leer mis posts. La gran mayoría de mis alumnos no tiene acceso a Internet, ya sea porque no hay locutorios con Internet cerca o porque no les interesa. No saben lo que es un blog. Conocen algún fotolog, pero les parece algo "de cheto" y les genera rechazo.
En cuanto a los padres de mis alumnos, pocos se acercan a la escuela, y muchos no terminaron ni la primaria; es raro que alguno tenga interés en Internet.

¿No te preocupa tener problemas legales o administrativos por publicar fotos y videos de chicos y contar las historias terribles en que se ven involucrados?
“Cuando empecé no tenía idea de cómo resolver la mayoría de los problemas que se me presentaban. Nadie te enseña a llevar adelante lo que vos planificaste cuando se desmaya un alumno porque no come hace dos días. ”
Sí. Mucha gente me escribe avisándome que puedo tener problemas por las fotos que subo. Antes me cuidaba más, pero me cuesta resistirme: me encanta que mis lectores conozcan a mis alumnos. Cuando fuimos a Temaikén, mucha gente se preocupó por el viaje, estaban contentos cuando salió la oportunidad y me animé a publicar algunas fotos. Prometí sacarlas. Estoy en eso.
En cuanto a algunas historias, sé que me pueden traer problemas; trato de cuidarme. Tengo una amiga abogada que se enoja y me pide que borre cosas. Algunas veces le hago caso. Si no fuera por ella hubiese posteado mucho más.

En algún momento expresaste en tu blog tu postura básicamente contraria a los paros docentes, argumentando que es "demasiado cruel" dejar a los chicos sin clases y que ellos no sólo van a la escuela a aprender sino también a comer y a recibir contención. Pero muchos docentes se quejan, justamente, de que las escuelas deberían ser ámbitos exclusivamente de aprendizaje, y dicen que es un error haberles sumado la función de comedores. ¿Qué opinás al respecto?
Hoy en día la escuela presta asistencia social, se encarga de que los chicos coman y luego se piensa en el aprendizaje. Es lamentable, pero la realidad es que, sin estas funciones, los chicos tampoco podrían sentarse a estudiar. La escuela asumió ese rol porque no quedaba otra opción; era eso o hacer la vista gorda. No puedo esperar que un chico con hambre aprenda. Me encantaría que se trabajara desde otro ámbito para fortalecer la institución familiar, así los chicos vendrían a estudiar a la escuela, y podríamos dedicarnos a enseñar, exigir y no tener que ser tías o madres de nuestros alumnos, recuperar la autoridad del docente en el aula. Pero ya lo vemos cuando nuestros alumnos entran a primer grado: no recibieron la alimentación ni la motivación que necesitan para crecer sanos; son chicos débiles, se enferman muchas veces al año, no entienden consignas simples. Muchos están en contra y dicen que no exigimos lo suficiente, pero es fácil hablar desde afuera. Cuando se está dentro de la escuela no se puede eludir la realidad. Si mis alumnos no saben comer con cubiertos, entonces tengo que dejar para más tarde la multiplicación y asegurarme de que aprenda a usar el cuchillo y el tenedor o que no coma con las manos.

¿Sos lectora de blogs?
Sí. Aunque no tengo mucho tiempo libre siempre leo los blogs que tengo en mi blogroll. Artepolítica me parece fantástico, Orsai también.

¿Conocés a la mayoría de tus lectores o son mayormente gente desconocida?
Ahora, gracias a Facebook, muchos de mis amigos se enteraron de la existencia de mi blog. En general mis compañeros de trabajo no leen blogs, pero saben que tengo un "portal de Internet"; no entienden bien de qué se trata, pero entienden que gracias a eso que escribo las escuelas reciben ropa, zapatillas, ayuda económica para los paseos con los chicos, etc. Mi familia no lee mi blog, sólo mi papá, que está muy orgulloso de mí y se lo muestra a todos sus compañeros de trabajo.
Conozco a algunos de mis lectores, en general a los que donaron algo, porque trato de recibir la donación y agradecerles personalmente.

¿Por qué creés que te leen?
Por un lado, creo que me leen porque desde el comienzo van siguiendo la historia de cada alumno; muchos me mandan mails preguntándome cómo está alguno en particular y ya los recuerdan por sus nombres. También considero que las historias que cuento son fuertes y se dan a diez minutos de Capital; me parece que muchos de mis lectores encontraron en mi blog la manera de enterarse lo que sucede en las villas desde otro punto de vista distinto del que se puede llegar a leer en un diario, un poco más humano.

¿Qué espacio ocupa el blog en tu vida?
Estoy orgullosa de mi blog. Me molesta no tener más tiempo para postear. Generalmente, cada vez que lo hago, tengo que elegir entre cuatro o cinco cosas que pasaron esa semana; trato de no mezclar todo, de ser ordenada y contar cada anécdota de la manera más clara y menos cursi posible (aunque a veces no me sale).
Creo que el blog superó mis expectativas. Empecé a escribir con la idea de aliviar un poco toda la angustia que genera un trabajo tan difícil como el mío, pero ahora sé que mucha gente me lee, y otros tantos me ayudan a conseguir donaciones. En uno de mis primeros posts pedí una silla de ruedas y en menos de 48 horas tenía al menos diez mails en mi casilla ofreciendo ayuda para conseguirla.

"Hoy la escuela presta asistencia social, se encarga de que los chicos coman y luego se piensa en el aprendizaje. Es lamentable, pero sin estas funciones los chicos tampoco podrían sentarse a estudiar."

¿Considerás que lo que hacés en tu blog es una forma de periodismo?
No, no lo creo. En mi blog escribo crónicas personales que no buscan una verdad objetiva.

¿Has tenido o tenés miedo de algunos de tus alumnos?
No. Tengo muy buena relación con todos mis alumnos. Con algunos es difícil, pero trato de que vaya mejorando con el correr de las clases. Es cierto que algunas veces tanto los directivos como los docentes nos "cuidamos" de ciertas familias, porque sabemos que tener problemas con ellos puede traernos complicaciones, pero en general no tengo miedo ni de mis alumnos ni de los barrios donde trabajo.

Si tuvieras que pensar en una sola medida concreta, la primera, la inicial, para empezar a mejorar la situación que ves y vivís a diario (parta de quien parta, sin exclusiones), ¿cuál sería?
Destinar más fondos para garantizar el acceso y la permanencia de la mayor cantidad de personas en el sistema educativo. No podemos permitir exclusiones. Siempre recuerdo la frase de Sarmiento: "Si no los quieren educar por caridad, al menos háganlo por miedo." Pero no sólo eso, necesitamos que esos fondos se distribuyan correctamente. Contando con los fondos necesarios, puedo enumerar las medidas que considero más importantes: Se tienen que mejorar las condiciones edilicias de las escuelas (no se puede trabajar sin estufas en invierno y padeciendo el calor agobiante en verano), reformar los planes de estudios y controlar que se cumplan, capacitar a los docentes y calificarlos de forma coherente; en la provincia pareciera que da lo mismo ser un pésimo profesor que vive de licencia que uno que se esfuerza y no falta nunca. Y lo más importante: educar valorando el esfuerzo y el sacrificio.

¿Creés que en algún momento te vas a cansar de la docencia? ¿Cuánto tiempo te das?
No puedo contestarte eso ahora. En este momento me apasiona mi tarea docente; me siento muy feliz con mi labor de todos los días y los desafíos que se me presentan. Creo que hay que tener vocación para la docencia. Las personas que eligen ser maestros sin estar convencidas o por otra razón, se cansan y se dedican a otra cosa, o molestan. Pero no creo que uno se canse de transmitir (y recibir) conocimientos y valores, sí creo que el desgaste y agotamiento que supone nuestra tarea hoy en día es muy grande y puede volverse difícil de tolerar. Igualmente creo que el día que no me apasione mi trabajo ni me interesen mis alumnos voy a tomarme vacaciones, y si no quiero volver, ayudaré desde otro lado, pero no voy a entrar al aula sin ganas de hacerlo.

Actualización: El blog La bonaerense ha cerrado. Tras ser consultada al respecto Agostina dijo: "Me denunció una vicedirectora de una de las escuelas donde trabajaba porque les molestó algo que escribí con una visión autocrítica de las docentes. Nadie me dijo “estamos molestos por esto”, me denunciaron, de ahí me fui porque el vínculo con los chicos va más allá de la escuela y los sigo viendo. Un inspector llegó con una carpeta con todos los posts impresos, me asusté mucho y la vice me quería hacer un sumario. Me dijeron que iba contra el estatuto docente, pero tenía que borrar más de la mitad de las entradas y cuidar cada palabra de ahí en más; y para que se desvirtuara así, preferí cerrarlo."

Ahora puede leerse en http://labonaerensereloaded.blogspot.com/ rearmado por sus seguidores. En él, cuenta su recorrido desde Capital hasta una de las zonas más bravas del conurbano, donde es docente de más de 400 chicos y chicas.

Publicado el 29 de agosto de 2012 por Sebastián Lalaurette en: http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1404

EL RUCIO

Octubre caminaba hacia sus últimos días. La primavera no dejaba de agitar la placidez de las tardes cada vez más extendidas. El mes había comenzado con una tragedia de proporciones, aún resonaba en la prensa el lamentable accidente de un Boeing con destino a Chile estrellado en las frías aguas del océano Pacífico… 70 pasajeros muertos. La tragedia luego, saltaría a la selvática de Guatemala, 83 muertos en una estampida humana mientras se disputaba un partido de fútbol. Octubre de 1996, un mes en medio del tiempo, un mes en medio de la marea incontenible del tiempo, tan sólo un grano de arena en medio de una interminable playa de tiempo, de mar y tiempo, de cerros, humo tóxico y un largo y angosto país que se movía al unísono del tiempo.
Santiago se agitaba como de costumbre, el calor de esos días hacía presagiar un verano reseco y agotador. Los niños comenzaban a desplegar sus juegos de verano y en algunas comunas todavía se empinaban por el gris cielo los volantines de diversos colores y formas. Hacia el sur de la capital, en la comuna de La Pintana, el milagro de la vida transformaba la mirada de una mujer, era el día 23 de octubre y un niño rubio, de ojos pardos saltaba del vientre a la vida dispuesto a romper el estigma de la pobreza o empujado quizás por el desafío de vivir una vida que no puede vivirse.
La madre hace todo lo posible por salir adelante con el niño. Su realidad no es distinta que la de miles de personas anónimas viven a diario en las calles de esa comuna inventada a principios de las años 80, bajo la tutela de los militares, con el objeto de “limpiar” las comunas pudientes de tanto pobre. Para la dura mirada delos dueños del poder en aquellos días, era impensable que los pobre pudieran vivir a tan cercana distancia de los “patrones”, había que alejarlos lo más posible, invisibilizarlos, borrarlos. El barrio donde comienza a crecer el niño está teñido de violencia, la madre se involucra en diversos robos, asaltos y hurtos. Había que buscar la manera de sobrevivir, de alimentar a su pequeño muchacho, la esperanza brillaba en sus ojos, la vida podía ser distinta, quizás las cosas podrían mejorar con algo de fortuna, en fin.
El padre del niño es un padre ausente desde casi siempre y aunque quisiera estar con él es imposible, pues cumple una larga condena por otros delitos. Cuando el niño cumple dos años  le cae encima la primara de varias crisis, su madre es condenada a 5 años y un día por un robo con violencia. Comienza el movimiento que lo acompañará el resto de su vida, estar quieto en el mismo lugar es peligroso, hay que moverse, hay que estar alerta, hay que buscar otro lugar y otro y luego otro. Su abuela materna es quien lo protege durante este período.
Cuando el niño cumple 3 años su padre sale de prisión, pero no tiene ningún interés por hacerse responsable del muchacho, no lo ayuda de ninguna forma, otros intereses están en su cabeza, otras prioridades, pronto desaparece nuevamente y así será hasta que el niño se haga grande y entre al colegio.
Los primeros años de colegio son muy buenos, tiene buenas notas, su madre lo ayuda económicamente desde la prisión, pero su pilar fundamental, aquella mujer que lo ha acompañado desde que era sólo un pequeñito que apenas caminaba es su abuela. Cuando la madre sale en libertad, las cosas parecen mejorar por un breve instante, pero es sólo un espejismo, una apariencia que se diluye rápidamente pues la madre continúa con sus actividades delictuales y cuando el padre intenta recobrar el tiempo perdido y hacerse responsable de tanto tiempo de ausencia, es la madre la que no le permite acercarse a su hijo.
Una vez cumplidos 10 años las cosas comienzan a cambiar para el muchacho, las notas ya no son las mismas en la escuela y su conducta es distinta, está más contestatario, más rebelde. Sus amigos comienzan  a ser otros, que le muestran un mundo del que había estado rehuyendo por temor a repetir lo que a diario veía en su madre. Cuando ésta cae detenida nuevamente y cumple dos meses de prisión, las cosas ya no son las mismas y el muchacho entrará del todo a un mundo peligroso, en el que cada acción realizada tiene inevitables consecuencias. Su madre no enmienda el rumbo,  por el contrario. Ella empieza a desaparecer por largos períodos  de tiempo. Ya no sólo es el delito el que la mueve, ahora es una consumidora de pasta base y este vicio se transforma en el sentido de su vida. Ella está mal y él se da cuenta de aquello, aunque no sabe cómo ayudarla ni ayudarse a sí mismo pues el dinero escasea, la cuentas se acumulan, el hambre arrecia y la pobreza es la constante en un barrio plagado de pandillas y personas tan pobres o más que uno mismo.
Una vez que termina de resolver sus conflictos internos el muchacho se lanza con todo a la vida delictual. El dinero aparece y con él la comida y la buena ropa. Ya tiene 12 años y parece todo un hombre, aunque la expresión profunda y transparente de sus ojos no se pierde del todo. Su madre sí que pierde con el consumo y pasa por momentos de cordura y entereza para luego caer en el abismo de la droga y precisamente en ese agujero de dolor es que pierde un bebé de meses de gestación, una hermanita que no fue, una vida que fue consumida por la droga aún antes de haber nacido. No será, lamentablemente, el único hijo que se le muere en el vientre producto de su prolongado consumo. Son 3 los hijos que ella ve nacer muertos y en medio de tanto dolor y aún en medio de tanto consumo, uno de sus bebes logra adaptarse a la vida y nacer, una hermosa niña rubia que pone feliz al muchacho, una vez más la vida trayendo esperanza, aunque esa esperanza sólo sea una bonita palabra de cuatro sílabas que sirve para alegrar la vida por un breve, fugaz y efímero instante.
El barrio sigue su mismo curso de siempre, todas las noches son noches de balaceras, la ley del más fuerte o del mejor armado impera en cada esquina. La madre pasa por períodos de abstinencia y períodos de consumo desatado y en medio de uno de esos períodos buenos conoce a un hombre que la enamora y se casa con ella y se la lleva con él, su pequeña hija se queda con el padre.
El niño rubio de ojos pardos, nacido un tibio 23 de octubre de 1996 ya no es un niño, ha llegado a los 15 años, es un delincuente habitual conocido en su barrio. Ha dejado de estudiar hace mucho tiempo. Gran parte de su familia está o ha estado en prisión. Los traficantes del barrio, acostumbrados  ser ellos los que dan las órdenes, no lo quieren, pues no les interesa aceptar los arrebatos de un muchacho que no se deja pasar a llevar. Su vida corre peligro y cuando un día llegan a su casa para “cobrar” todos los desaires realizados decide que ya es tiempo de moverse una vez más, alejándose del barrio y del sector, refugiándose en la serenidad de una comuna más campestre dónde su rostro y nombre no sea tan conocido.

Luego de un tiempo de estar establecidos junto a su madre, esta cae detenida nuevamente, condenada a 18 meses de prisión. Por primera vez en mucho tiempo el joven vive sólo y los gastos de la casa y el apoyo económico a la madre en prisión son responsabilidad suya y sólo suya, pero el tiempo de su libertad se ve interrumpido drásticamente. Cae detenido y es condenado a permanecer encarcelado por un año. Hoy se encuentra cumpliendo lo que le queda de esa condena en CIP-CRC San Bernardo, esperando con ansias el día de su apreciada libertad para volver a estar con su madre y seguir apoyándola como de costumbre. Mientras termina de escribir las líneas de su breve pero intensa historia, escucha música con su compañero de pieza y piensa en la cantidad de jóvenes que a diario viven esa misma realidad que él ahora termina de contar.