
El modelo de pensamiento lineal es altamente determinista, como también reduccionista toda vez que descompone el total en pequeñas partes, reduciendo las interacciones entre ellas. Considera el todo compuesto de partes independientes. El modelo de pensamiento lineal es hoy contradictorio, ya que los nuevos conocimientos del mundo contemporáneo nos revelan que nuestro universo esta constituido básicamente por sistemas no lineales en sus niveles físicos, biológicos, psicológicos y sociales.


La metodología del espiral capta las relaciones estructurales y sistémicas, ingresando de lleno a las metodologías cuantitativas. El modelo en espiral ayuda a resolver los problemas generados entre la teoría y la práctica y también los problemas entre la acción y la reflexión. El modelo en espiral permite generar y compartir conocimientos y experiencias colectivamente, y en cada contexto tanto los individuos como el colectivo se desarrollan simultáneamente. En un modelo en espiral el conocimiento y los procesos históricos, pueden comenzar en cualquier punto de la espiral y nunca tendrán un fin.
El modelo de pensamiento y acción en espiral es incluyente, y permite conectar el presente con el pasado, y en el caso de los pueblos indígenas permite comprender la factibilidad de construir futuro volviendo al pasado; vale decir a las raíces de su desarrollo como pueblo. En otro orden de cosas el modelo de pensamiento y acción en espiral permiten un mejor entendimiento de problemas propios de la administración y control de los recursos, como asimismo de los riesgos. También es posible aplicar el modelo de planificación en espiral en la alta tecnología. El modelo de acción en espiral centra su preocupación en la comunicación y el diálogo, y en los procesos de planificación adopta una metodología colectiva, como también en la organización de recursos, análisis de riesgos y posibles alternativas. El modelo busca la creación colectiva de estrategias de evaluación, y finalmente, el modelo genera desde el colectivo la construcción de hipótesis y teorías.

La cultura dominante ha entrado en una profunda crisis de identidad, y también el modelo de pensamiento lineal iniciado por los filósofos griegos y más tarde desarrollado por los europeos. Ellos han negado permanentemente la existencia de una filosofía indígena, relegándola a la categoría de cosmovisión, folklore, o pensamiento mítico. El mundo contemporáneo ha descubierto nuevas formas de conceptualización y de representaciones simbólicas, que hacen posible hablar con propiedad de una filosofía de los pueblos indígenas, que incluye sus prácticas habituales, sus normas, valores, creencias, estructuras epistemológicas, tiempo y espacio. El modelo mental del hombre occidental se ha centrado en la palabra, mientras que el ser indígena piensa en símbolos, actos concretos y ritos. Podemos entonces afirmar que la filosofía de los pueblos indígenas tiene su origen en la experiencia vivencial de todo el pueblo, en sus categorías de tiempo y espacio, que también tienen connotaciones distintas al pensamiento europeo. La experiencia vivencial del hombre indígena más que racionalista, tiene que ver con sus sentimientos y emociones, ligado estrechamente a la madre naturaleza, la ñuke mapu o la pacha mama.

Hemos dicho que el mundo indígena se concibe en espiral, y en ese sentido tampoco se concibe la unidireccionalidad de los procesos cósmicos
, de la historia o de los procesos sociales. En el modelo mental indígena el tiempo es también cíclico, responde a la espiral, y es comienzo y fin al mismo tiempo. La vida y la muerte también son realidades complementarias y no antagónicas. El espacio es una red interconectada de relaciones cósmicas, naturales y humanas. En el modelo mental indígena el hombre vive en el tiempo y en el espacio. El hombre no está solo en la tierra. El tiempo es sólo una relacionalidad cósmica y siempre presente en el espacio. El futuro no es algo que está por venir ni el pasado algo que se fue.
Los mapuche dicen que el tiempo viene. De manera entonces que el tiempo en el mundo indígena no es unidireccional de pasado a futuro, sino que bidireccional. El futuro puede estar atrás y el pasado adelante o viceversa. El hombre indígena vive el presente en una realidad de continuo movimiento cíclico de la naturaleza y de su cultura. El We tripantu de la nación mapuche, es un renacimiento natural, el término del año es el inicio de una nueva vida y no la suma de años acumulados. El Universo indígena es una red viva por la que circula en todo momento la energía, y la información bajo un orden autorregulado por la propia naturaleza de las cosas.

En el pensamiento indígena todo esta interconectado, nada está separado del todo. El mundo indígena se rige por cuatro principios fundamentales: principio de la dualidad, principio de la oposición complementaria, principio cosmológico, y el principio de la vida comunitaria.
Principio de la dualidad. En la sociedad mapuche los fundadores cósmicos establecieron la dualidad de las cosas. Los contrarios no son antagónicos sino que complementarios. He aquí los cuatro primeros seres que dieron origen al hombre mapuche. Ellos eran masculinos y femeninos. Además eran jóvenes y viejos: Ngen Fucha y Ngen Kushe, espíritu masculino anciano y espíritu femenino anciana: Ngen Weche y Ngen Ullcha, espiritu joven masculino y espíritu joven femenino. El territorio se organizaba en función de esta misma dualidad: Picunche, gente del norte y Williche, gente del sur, Puelche gente del este y Lafkenc
he gente del oeste o del mar. También estaba la connotación espacial de arriba y abajo: Wenumapu, Minche mapu. Podemos en
tender entonces que en la naturaleza todo esta apareado, hombre- mujer: wentru-domo. Para los pueblos indígenas la dualidad de las cosas constituye la base fundamental de la unidad en la diversidad natural y humana. La unidad se produce porque los aparentes contrarios en el modelo mental indígena, son parte de la complementariedad.
Principio de la oposición complementaria. La lógica de los opuestos duales en el modelo mental indígena solo puede ser entendida bajo el principio de la oposición complementaria. El hombre indígena ve en la naturaleza esa complementariedad de los opuestos: día y noche, siembra y cosecha, montañas y valles, espacios micro y macro, individuo y colectivo, vida y muerte.
Principio de la vida comunitaria. La formación social, económica y cultural de los pueblos indígenas tiene su base en el desarrollo de la vida comunitaria. El conocimiento ancestral, la vida espiritual, las prácticas, la cosmología y los valores culturales, son todos elementos propios del principio de la vida comunitaria. La Nación Mapuche daba solución a sus problemas y satisfacción a sus necesidades a través del principio comunitario. He aquí sólo las prácticas más comunes: El Nguillatun, el kollagtun, el machitun, el palil, el trawun, y el mingaco. Lo mismo sucedía con las naciones indígenas del centro y norte del cosmo americano.
En el modelo mental de los pueblos indígenas, el pensamiento privilegia la experiencia personal y colectiva. Los indígenas viven de las experiencias reales más que de lo abstracto. Se reflexiona sobre la experiencia, llegando a ser ésta la base fundamental de todo nuevo conocimiento. Este artículo es la síntesis de un trabajo mayor que aún estoy preparando. Se trata de profundizar en el conocimiento ancestral de nuestros pueblos originarios y descubrir el paradigma alternativo, que permita rescatar la verdadera identidad indoamericana de nuestros pueblos del cosmo sur americano.
TEXTO EXTRAÍDO DE LA WEB
AUTOR: Victor M. Gavilan (vgavilan@shaw.ca)
Imágenes recopiladas de diversas páginas