Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

viernes, 16 de julio de 2010

MADADAYO

¿Cuán significativos seremos para la vida futura de nuestros estudiantes?. ¿Cuántos de nosotros viajamos por el mundo con el recuerdo amargo e ingrato de profesores mediocres, inflexibles, poco empáticos, dictadores, lejanos e insufriblemente pedantes, para los que su dudosa superioridad intelectual era una forma de humillarnos y hacernos ver a cada instante la pérdida de tiempo que resultábamos ser?. ¿Cuántos de nosotros le debemos algo más que una nota justo para pasar de curso a un viejo y querido profesor?.

En mis recuerdos de estudiante tengo un colorido abanico de experiencias. Probablemente no fui un estudiante ideal en mi período de enseñanza básica, fui expulsado de la escuela en tercer año, ¡¡TENÍA SOLAMENTE 8 AÑOS!!... Y una suerte de precoz prontuario en el libro de clases, ¡pero expulsarme!, sin darse siquiera el tiempo para ganarse a este pequeño desafío que resultaba ser yo. Mi madre lloraba desconsoladamente y me miraba como preguntándose que había hecho de malo en mi crianza, en qué había fallado. Yo, francamente no tengo memoria de mis travesuras de aquel período, sí sé que participé de un par de vidrios quebrados, que construía máquinas del tiempo con los asientos vacíos en la sala de clases mientras la profesora explicaba cosas que ya sabía, que era extremadamente tímido, que un día le rompí la frente a un amigo con una piedra, mientras intentaba defenderlo de un ataque de otros muchachos, que estaba enamorado de la Marcela Alcayaga, que a veces me olvidaba de hacer las tareas, en fin. Pero nada de esto ameritaba mi prematura expulsión del mundo escolar.

De lo que sí estoy seguro es de mi pésimo despliegue en la enseñanza media. Ahí coincido plenamente con la mirada oficial, fui un caso perdido, un bandido, tiro al aire, rebelde y revoltoso, pero siempre tuve una profunda creencia en que contaba con herramientas que me permitirían tirar y tirar para arriba, moverme del barro, de la ciénaga y pisar tierra firme. Todo era intuición. No tenía idea que sería de mi vida, no sabía nada y sólo veía la triste realidad de vivir en un barrio marginal, pobre entre los pobres, miserable como el que más. Sólo veía oscuridad en el camino, en realidad no veía camino alguno. Tan sólo la dura vida de los pobres y una educación que no educaba, que asfixiaba en su agobiante imposición de autoridad, que no nos proyectaba. Veía profesores concientes de nuestro futuro rol de mano de obra barata y los veía actuar en consecuencia con esa imagen

Qué falta tuve de un buen profesor, que falta tuvimos todos quienes estudiamos en esa suerte de generación perdida cuando la educación pasó a manos de empresarios y comenzó a llamarse particular subvencionada, cuántos de mis viejos amigos habrán podido sortear el brutal embate de la realidad, qué será de ellos, dónde estarán.

SOBRE LA CINTA
Madadayo es una cinta de CINE PEDAGOGÍA que nos aproxima a la existencia de “ese” profesor inolvidable, aquel hombre o mujer que logró hacernos ver más allá de lo evidente, que trascendió el desarrollo de su propia y particular clase para adentrarnos en el estudio del mundo y sus complejas composiciones. La cinta, ambientada en 1943, es decir en plena Segunda Guerra Mundial, nos habla sobre un profesor que, tras una larga vida dedicada a la enseñanza, se retira para dedicarse casi exclusivamente a la escritura. En este contexto, son sus alumnos, sus estudiantes los encargados de velar para que al querido profesor nada le falte, pese a las incomodidades propias de la guerra. La película habla de esa veneración que los alumnos sienten por el maestro, veneración que se ha perdido completamente en las aulas de nuestra realidad pedagógica, cariño y respeto irrestricto, que los lleva a celebrar cada año, el cumpleaños del maestro, cada vez más viejo, cada vez más cansado, pero que se niega a partir de este mundo con la algarabía de un niño que aún tiene mucho que descubrir.

Madadayo es la cinta con la que Kurosawa finalizó su bella carrera creativa en el cine. Las críticas son variadas y algunos la señalan como la joya maestra que coronó una vida dedicada al desarrollo de una mirada fina, poética e inteligente en el celuloide, y otros ven solo una cinta que no avanza al buen ritmo de sus cintas de antaño. Para bien, esta es una cinta sobre la que podemos desarrollar un interesante análisis con nuestros estudiantes respecto del sentido que cobra la educación en nuestros días y el rol e influencia que los profesores debemos desarrollar o desarrollamos en nuestros estudiantes

FICHA TECNICA DE LA CINTA
TITULO: Madadayo (espera un poco, todavía no)
AÑO: 1992
DURACIÓN: 134 minutos
PAIS: Japón
DIRECTOR: Akira Kurosawa
MÚSICA: Shinichiro Ikebe
FOTOGRAFÍA: Takao Saito, Masaharu Ueda
REPARTO: Tatsuo Matsumura, Kyoko Kagawa, Hisashi Igawa, George Tokoro, Masayuki Yui, Akira Terao, Asei Kobayashi

ENLACES INTERESANTES A LA CINTA Y LA FILMOGRAFÍA DE KUROSAWA
http://www.miradas.net/0204/estudios/2004/06_akurosawa/madadayo.html
http://redsiglo21.com/eiga9/cinejapones/madadayo.html#inicio
http://www.artstudiomagazine.com/cine/akira-kurosawa.html
http://www.galeon.com/elartefacto/Japon/Cine/Enlaces.htm
http://www.monografias.com/trabajos45/siete-samurai/siete-samurai.shtml
http://enciclopedia.us.es/index.php/Akira_Kurosawa
http://www.nosolohd.com/vb/showthread.php?p=632836
http://www.nodo50.org/rebeldemule/foro/viewtopic.php?f=31&t=2005
http://www.asiateca.net/?p=2388ç
http://cineconmcfly.com.ar/2010/03/100-anos-de-kurosawa.html


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