Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

jueves, 8 de septiembre de 2011

TESTAMENTO, Por Ariel Dorfman

Les dejo otro texto que da cuenta de nuestro Chile pasado. Ese país que algunos han querido olvidar, dejar en el pasado, borrar de la historia, pero que de tanto en tanto, cada septiembre de todos estos años, asoma porfiadamente, para recordarnos que antes de la larga oscuridad (de la que habla este breve poema) que precedió a la amnesia colectiva de la cual el vigor y la claridad estudiantil nos están despertando lentamente, hubo un Chile distinto, un Chile en el que los obreros iban a su trabajo leyendo un clásico de la literatura universal, un Chile en el que faltaba mucho por hacer, pero había tiempo, ganas y esperanza en el porvenir, un Chile en el que las leyes laborales protegían al trabajador y los sindicatos convertían a la clase obrera en la tercera más organizada de Latinoamérica, un Chile en el que cada ciudadano era libre de expresarse como mejor prefiriera y el concepto de cultura era un verbo que se conjugaba a diario.
El texto pertenece a Ariel Dorfman, otro de los escritores nacionales que han brillado más afuera que al interior de nuestra angosta geografía

TESTAMENTO
Cuando te digan
que no estoy preso,
no les creas.
Tendrán que reconocerlo
algún día.

Cuando te digan
que me soltaron,
no les creas.
Tendrán que reconocer
que es mentira algún día.
Cuando te digan
que traicioné al Partido,
no les creas.
Tendrán que reconocer
que fui leal algún día.
Cuando te digan
que estoy en Francia,
no les creas.
No les creas cuando te muestren
mi carné falso,
no les creas.
No les creas cuando te muestren
la foto de mi cuerpo,
no les creas.
No les creas cuando te digan
que la luna es la luna,
si te dicen que la luna es luna,
que esta es mi voz en una
grabadora,
que esta es mi firma en un papel,
si dicen que un árbol es un árbol,
no les creas,
no les creas
nada de lo que digan
nada de lo que te juren
nada de lo que te muestren,
no les creas.
Y cuando finalmente
llegue ese día
cuando te pidan que pases
a reconocer el cadáver
y ahí me veas
y una voz te diga
“Lo matamos
se nos escapó en la tortura
está muerto”,
cuando te digan
que estoy
enteramente absolutamente
definitivamente
muerto,
no les creas,
no les creas,
no les creas,
no les creas.

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