Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

jueves, 1 de septiembre de 2011

VIVA CHILE MIERDA

Comienza septiembre, nuestro mes de la contradicción total. El mes del chovinismo radical, de las banderas, los himnos nacionales, las cuecas inagotables, los asados en la parrilla hechiza, borracheras interminables, la parada militar, el colorido mes de la primavera tras la dureza inclemente del frío invierno de 2011. Septiembre es también el mes de la memoria, del dolor, del recuerdo hacia tantos y tantos hermanos que ya no están, de La Moneda bombardeada, de los que tuvieron que partir corriendo para no caer en la maquinaria del terror, de los que aquí crecimos, en medio de toques de queda, detenciones por sospecha, olor a neumáticos encendidos, barro en el que hundías los zapatos en invierno, polvo y basura en el verano, lacrimógenas, palos, noches de pintura conciente en los muros del viejo y querido barrio, organización, conciencia y memoria viva, nuestro mes de septiembre.
Comienzo este proceso de reflexión con un texto que pertenece a Fernando Alegría, un escritor chileno de esos que hay que leer y disfrutar. El texto no podía ser más pertinente y se llama así, sencillamente: “Viva Chile Mierda”.

VIVA CHILE MIERDA
Cuando al alba sale el huaso a destapar estrellas
y, mojado de rocío, enciende el fuego en sus espuelas
cuando el caballo colorado salta la barra del mar
y se estremece el lago con una lenta bruma de patos,
cuando cae el recio alerce y en sus ramas cae el cielo:
digo con nostalgia ¡VIVA CHILE MIERDA!

Cuando el buzo ilumina su escafandra
y las ballenas se acercan a mamar en el vientre de las lanchas
cuando cae al fondo del océano la osamenta de la patria
y como vaca muerta la arrastra la ola milenaria
cuando explota el carbón y se enciende la Antártida:
digo, pensativo, ¡VIVA CHILE MIERDA!


Cuando se viene el invierno flotando en el Mapocho
como un muerto atado con alambres, con flores y con tarros
y lo lamen los perros y se aleja embalsamado de gatos
cuando se lleva un niño y otro niño dormidos en su escarcha
y se va revolviendo sus grises ataúdes de saco:
digo enfurecido ¡VIVA CHILE MIERDA!

Cuando en noche de luna crece una población callampa
cuando se cae una escuela y se apaga una fábrica
cuando fallece un puerto en el Norte y con arena lo tapan
cuando Santiago se apesta y se oxidan sus blancas plazas
cuando se jubila el vino y las viudas empeñan sus casas:
digo cabeza bajo ¡VIVA CHILE MIERDA!

Me pregunto de repente y asombrado, por qué
diré Viva Chile Mierda y no Mier... mosa Patria?
quizás en mi ignorancia repito el eco de otro eco:
¡Viva! dice el roto con la pepa de oro entre los dedos
¡Chile! dice el viento al verde cielo de los ebrios valles
¡Mierda! responde el sapo a la vieja bruja de Talagante
¿Qué problema tan profundo se esconde en las líneas de mi mano?
¿Es mi país una ilusión que me sigue como la sombra al perro?
¿No hay Viva entre nosotros sin su Mierda, compañeros?
la una para el esclavo, la otra para el encomendero
la una para el que explota salitre, cobre, carbón, ganado
la otra para el que vive su muerte subterránea de minero.
Y como penamos y vivimos en pequeña faja de abismo
frente al vacío alguien gritó la maldición primero.
¿Fue un soldado, herido en la batalla de Rancagua?
¿Fue un marino en Angamos? ¿Un cabo en Cancha Rayada?
¿Fue un huelguista en La Coruña? ¿Un puño cenado en San Gregorio?
¿O un pascuense desangrándose en la noche de sus playas?
¿No cantó el payador su soledad a lo divino
y a lo humano se ahorcó con cuerdas de guitarra?
¿No siguió al Santísimo a caballo y a cuchillás mantuvo al diablo raya?
¡Ah!, qué empresa tan gigante para destino tan menguado.
Entre nieve y mar, con toda el alma, nos damos contra un rumbo ya tapiado,
por consecuencia, en la mañana cuando Dios nos desconoce,
cuando alzado a medianoche nos sacude un terremoto,
cuando el mar saquea nuestras casas y se esconde entre los bosques,
cuando Chile ya no puede estar seguro de sus mapas
y cantamos, como un gallo que ha de picar el sol en pedazos,
digo, con firmeza, ¡VIVA CHILE MIERDA!

Y lo que digo es un grito de combate
Oración sin fin, voz de partida, fiero acicate
Espuelazo sangriento con las riendas al aire
Galopón del potro chileno a través de las edades
Es crujido de capas terrestres, anillo de fuego,
Vieja ola azul de claros témpanos pujantes.

¡País-Pájaro, raíz vegetal, rincón de donde el mundo
se cierra!
Quien lo grite no tendrá paz, caerá para seguir
adelante.
Y porque de isla en isla, del mar a la cordillera
De una soledad a otra, como de una estrella a
otra estrella
Nos irá aullando en los oídos la sentencia de la tierra:
Digo finalmente ¡VIVA CHILE MIERDA!

Del libro ¡Viva Chile M! de Fernando Alegría
Editorial Universitaria S.A
Tercera edición agosto de 1967

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