Porque escribir

…“Rinaldo, Rinaldo te estamos esperando, ahora vamos a hacer un tema de Rinaldo, poné más agudo esto”… “Hola, hola, hola, parezco un político. No se escucha parece…Bueno, este, yo voy a hacer un tema que se llama La Niña… Esteeee… La niña es, …esteee… es muy dulce, muy mansa… ¡Que pasa!, ¡que pasa!, hola, hola. Bueno,… escucha la letra porque yo, esteeee, mejor cuando se escribe que cuando se habla... Y después queda, ¡viste!....”

Rinaldo Rafanelli, en concierto de despedida Sui Generis 1975

sábado, 28 de abril de 2012

CUANDO EL DEDO SEÑALA LA LUNA, EL IMBÉCIL MIRA AL DEDO(*)

EL PODER JOVEN
EL EJEMPLO FRANCES

El mayo del 68 en París, con la ciudad convertida en un polvorín revolucionario marcó el punto más alto de un movimiento que se apoderó completamente de la década del 60 del pasado siglo XX en prácticamente todo el mundo: El Poder Joven. La juventud, ese inasible y sociológico momento de nuestras vidas, manipulada hasta el hartazgo por la maquinaria patriotera y nacionalista que llevó a la muerte a millones de personas, tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial simplemente se hastió. Algunos dirán que se hastió de la clásica promesa incumplida de la Modernidad, unos más dirán que se trata de la consabida tensión bipolar de la Guerra Fría y las manipulaciones comunistas-capitalistas de la época, otros dirán que se hastió del autoritarismo militar impuesto por De Gaulle desde 1958 en la llamada Quinta República y aquí, los más osados por cierto, podrían incluso ver la venganza final de los maquis, humillados y desmovilizados tras liberar ellos a Paris y ver a De Gaulle desfilando victorioso por los Campos Eliseos adjudicándose la victoria, otros verán la molestia contra el anquilosado modelo educacional universitario, o contra la Guerra de Argelia que Francia había perdido hacía pocos años “concediendo” la independencia al glorioso pueblo africano tras un reguero de sangre joven, o la Guerra de Vietnam o el Imperialismo mismo, o todas las anteriores; lo significativo es que la GENTE JOVEN se hastió y junto con ello cobró protagonismo, se convirtió en verbo conjugado en primera persona, se miró en el rostro de los otros jóvenes, estableció alianzas etarias, de género y también de clase al unir sus demandas (aunque brevemente) con la poderosa clase obrera francesa, se tomó las universidades y luego las calles y se hizo cada vez más fuerte y el reguero de pólvora comenzado con las tomas de las universidades de Paris,(conocida célebremente como La Sorbona), y la de Nanterre, se expandió a las calles de París y otras ciudades, se movió sin control por el barrio latino y por el teatro Odeón. Los jóvenes tapizaron las paredes con sus asertivos mensajes y pusieron en jaque al gobierno del poderoso De Gaulle, pero su objetivo no era la toma del poder. La movilización, que fue creciendo exponencialmente hasta convertirse en un icono de la juventud contestataria del siglo XX, fue la expresión del hastío de toda una generación, pero no fue suficiente para cambiar el mundo, aunque algunos adelantos se lograron.

De Gaulle dimitió al año siguiente, se obtuvieron algunas mejoras, sobre todo en el plano de la protección social y pese a que la iconografía de mayo del 68 remite a los clásicos de la izquierda de aquellos días (Revolución Cubana, el Che, la China de Mao, la Unión Soviética); la estela de su perfume, sobre todo en el ámbito de sus textos, es la de un movimiento libertario ajeno a la izquierda tradicional, rupturista con la vieja doctrina respecto del poder, doctrina verticalista centrada en el peso irrestricto del “partido” respecto de la masa”. La juventud del 68 incorpora o rescata la toma de decisiones en la institución de la “Asamblea”, órgano característico de una izquierda que promueve un tipo de democracia participativa en oposición a la representativa que se sustenta, comienza y, en la mayoría de los casos, termina en el voto.

NUESTRA ALEGRE JUVENTUD
Primero comenzó como un rumor lejano, como una voz que pugnaba por no perderse en medio del ruido de una ciudad impersonal y poco dialogante. Luego las voces comenzaron a cobrar formas más claras y precisas, el rumor se convirtió en sonido, en voces, en gritos, en cánticos, en algarabía y rabia yuxtapuestas, en gente, en personas, en ciudadanos que despertaban tras un largo sueño de olvido y soma televisivo.

El primer perfume de nuestro hastío juvenil vino de la llamada Revolución Pingüina, un movimiento de estudiantes secundarios organizados en torno a una Coordinadora Estudiantil llamada “Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios” que agrupó a más de 100 colegios y a más de 400.000 estudiantes en su momento más álgido con la llamada a Paro Nacional en mayo del año 2006. Cómo no recordar la prestancia y soltura con la que los jóvenes dirigentes enfrentaban a los medios de comunicación. No había preguntas difíciles, no había torpeza en las respuestas, había la dosis justa de pasión y exposición de argumentos. Al principio toda la clase política se rió de ellos por sus peregrinas peticiones (Fin de la Ley Orgánica Constitucional de Educación LOCE, fin de la Municipalización de la Educación, Prueba de Selección Universitaria gratuita, Pase Escolar gratuito, entre otras), pero a medida que el movimiento se radicalizó y se hizo cada vez más fuerte cundió la preocupación. Lo primero fue desprestigiar, apelar al desgaste del movimiento prolongando los fallidos diálogos, luego vino la represión lisa y llana y finalmente la llamada a terreno de los partidos políticos (varios de los dirigentes juveniles militaban en la coalición de gobierno). Tras unos intensos meses de movilizaciones, todo se fue apagando como el eco de un carnaval que se va y se va hasta perderse de vista entre los edificios. Luego vino lo de siempre… promesas incumplidas, reformas que cambian todo para que todo siga igual, consejos asesores fantasmas, documentales, fotografías, el recuerdo, la primera gran manifestación ciudadana contra el Poder tras la dictadura.

La segunda y gran manifestación está aún lejos de acabar y el tiempo, lejos de desgastar al pujante movimiento, le ha dado una legitimidad que se asienta no sólo en la congruencia de su organización,  originalidad de sus “puestas en escena” y masividad de sus convocatorias, si no también en la favorable acogida que sus propuestas han despertado de manera transversal en la ciudadanía.

El grito de estos jóvenes rebeldes del siglo XXI es un grito ¡¡a qué negarlo!!, contra la clase política, contra el modelo económico impuesto por la dictadura, contra la educación de mercado,contra los bancos que cobran impuestos usureros, contra el empresariado que lucra sin pudor con la educación, contra la corrupción de la “Concertación-Derecha unidas jamás serán vencidas”, contra la venta de nuestros recursos naturales a las transnacionales, contra el binominal, contra el tripolio de las farmacias, contra el bipolio de los medios de comunicación, contra la enorme brecha en la distribución de la riqueza, contra la indignidad de los sueldos de los no privilegiados que resultamos ser la amplia mayoría de este país, contra la participación que se traduce tan sólo en un voto, en fin… Demasiados contras, pero faltan muchos y muchos más y este breve texto no terminaría jamás de escribirse.

Los estudiantes han dado en el centro de una molestia generalizada porque en nuestro país los altos índices macroeconómicos sólo reflejan el crecimiento de unos pocos y el endeudamiento de por vida de la amplia mayoría de nosotros. El mundo exterior sólo tiende a ver las altas cifras económicas, la supuesta estabilidad del modelo, la conformidad de la ciudadanía, pero nosotros, los ciudadanos de a pie, los que debemos comprar todo a crédito y nos endeudamos a 3, 6, 12 meses o pagamos a duras penas una casa a 20 años y un día y a veces más, sabemos que las cosas no son como nos las pintan. En nuestro país la educación es un Bien de Consumo, lo dijo con todas sus letras el presidente, y en tanto bien de consumo son las leyes del Mercado sus reguladoras, las leyes de mercado que benefician a los mismos de siempre. Hace pocas semanas, tras un largo período de reconfiguración de fuerzas comenzó nuevamente  el movimiento, lentamente primero y cuando los viejos, anquilosados en el poder, ya celebraban el desgaste final y la baja convocatoria de las primeras manifestaciones surgió de nuevo esa marea incontenible, 80 mil, tal vez más, que sólo son la clara expresión de una ciudadanía que ha comenzado a pensar por sí misma. Jóvenes, frescos, rebosantes, gritando sus consignas. Habrá que ver lo que nos depara este trozo de año que nos va quedando antes del fin de los calendarios. Acá sobre Santiago la primera y tardía lluvia del otoño ha dejado sus huellas, la humedad hoy, al comienzo de la mañana era abrumadora, el cielo más limpio que nunca invitaba a apreciar en profundidad las cosas luego de semanas de aquella capa de hollín y mal aire, un hollín que se ha impregnado en nuestra mirada por cerca de 40 años, pero que ya empieza a desprenderse.
(*) Proverbio chino

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