Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana, mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar. El hombre le preguntó al joven qué estaba hac
iendo. Este contestó: “recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar: la marea ha bajado demasiado y muchas morirán”. Dijo entonces el escritor: “Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas”. El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó “para esta… sí tiene sentido”.El escritor se marchó un tanto desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas. A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas.
Encontrado en:
http://beto_jaton.espacioblog.com/post/2006/07/14/el-sentido-las-cosas-cuento-sufi-
Las aulas de nuestras escuelas y nuestro entorno, están llenos de niñ@s y jóvenes, que como las estrellar del relato, parecieran estar, irremediablemente obligados a tener un destino oscuro y hasta fatal, brindado por un mar (sistema) ciego de ambiciones mal fundadas. Es labor del pedagogo visionario ver en cada una de estas "estrellas" injustamente destinadas a morir, la esperanza, la posibilidad, el desafío; y enfrentar la situación con miras en las necesidades, anhelos y derechos individuales de cada un@ de ell@s. No podemos ensimismarnos, como el escritor, en nuestro espacio personal, centrados únicamente en nuestros deseos, buscando una inspiración, sin otra frontera que nuestra propia nariz. Es fundamental que observemos con todos nuestros sentidos alertas y con la absoluta convicción de que la mayor inspiración para un maestro es el desafío de lograr encantar a las "estrellas desechadas de la sociedad.
ResponderEliminarEl cuento, me hace ruido, ya que trabajo en una escuela vulnerable, donde muchas personas y profesor@s piensan que no tiene sentido trabajar, ya que es complejo tratar con estos niñ@s (estrellitas)que tienen una forma de ser compleja (debido a sus experiencias poco afortunadas) y somos poc@s l@s denominados "loc@s" que nos atrevemos, nos gusta y logramos seguir junto a ellos e intentamos a diario ayudarlos para que el mar (la sociedad) no los deseche condenandolos a quedar varados y morir no teniendo oportunidades. Quizá no podamos ayudarlos a todos, porque son muchos, pero aunque sea solo a uno, valdrá la pena hacerlo.
ResponderEliminarNos damos cuenta que somos seres irreales que solo vemos lo superficial, que muchas veces no vemos mas allá de lo que queremos ver y no de lo que nos gustaría desear. Millones de niños, adultos, ancianos y jovenes son vistos en este mismo instante como una simple estrella de mar, que debe seguir su triste y mortal destino, sin rumbo alguno. Pero es hay donde nos equivocamos, ya que esos millones de personas si pueden tener otro rumbo, y hasta veces mucho mejor que el de nosotros. Solo es que este sistema, este mar, este océano y el mismo cielo, están echos para todos y mas para ellos, las oportunidades se las hace uno, pero día a día debemos luchar por lo que queremos y deseamos. Quizás muchas veces pensamos que todo esta perdido, pero siempre ha luz, esperanza, solo debemos creer en nosotros. Siempre, pero siempre vale la pena intentarlo, con uno siempre es necesario, ya que para ellos no hay perdida de tiempo ni nada. Para ellos será otro destino, será una luz, una esperanza y oportunidad. Día a día debemos crear y creer en que se puede salir adelante, más nosotros que somos agentes de cambio, de una sociedad gastada y llena de capitalismo, pero nunca, nunca debemos perder la esperanza y las ganas de luchar, por mi y por el prójimo. Ya que juntos se puede lograr muchas cosas...
ResponderEliminarLuis Yañez.
ResponderEliminarMirando desde el punto de vista pedagógico, es claramente un acercamiento a lo que se ve en la educación, donde un profesor no debe perder las esperanzas de poder salvar entregándoles conocimientos, habilidades y actitudes a los alumnos, entre mas pueda salvar será mejor para la sociedad y si existen personas que se contagien en esta tarea mejor aun, la idea final es que los buenos profesores, con vocación terminemos contagiando a los demás y no que nos contagiemos con la apatía y conformismo de los muchos profesores mediocres que existen hoy en día.
Quién dice que el destino de esas estrellas es morir y no que llegue alguien a ayudarlas?
ResponderEliminarNuestras aulas están colmadas de estudiantes que, según muchos, están destinados a no terminar la escuela, a ser delincuentes, a no salir adelante, sin embargo con una persona que crea en ellos, con una persona que les ayude, basta para que salgan a flote. Para lograrlo es necesario un guía, no una persona que les critique, sino uno que los oriente. Para ello es preciso que ese guía sea fuerte, crea en sus ideales y convicciones, sea consecuente con sus valores y que por sobre todo no se deje llevar por la marea, esa marea que determina que es lo que se necesita y lo que debe hacer.
Las estrellas del relato no pudieron o no supieron adaptarse al cambio de marea, sin embargo se espera de ellas que aprovechen la instancia de volver al mar y aprender de esta experiencia. Los estudiantes, al igual que las estrellas, necesitan de un guía que confíe en ellos por sobre todas las cosas y considerando que las experiencias de vida se van complejizando, es necesario que aprendan de sus experiencias para superar situaciones complejas en el futuro.
Juan Ignacio Leyton Artigas:
ResponderEliminarEs evidente que muchos niños y jóvenes hoy son desechados por la sociedad como las estrellas por el mar, pero salvarlas una a una es una forma poco eficiente de generar un cambio, no digo que lo que hace el joven está mal, de hecho invitar a otros a generar un cambio desde el ejemplo es la unica forma de lograrlo, pero crear una bahía o un mecanismo que permita salvarlas a todas o a su gran mayoría sería más eficiente. El problema es que esa tarea se la dejamos a otros porque nosotros estamos muy ocupados rescatando estrellas. Es necesario de una vez por todas atacar estructuras y no sólo llegar como pequeños héroes; conformarnos con eso nos ha pasado la cuenta. Siempre me ha molestado cuando dicen “con uno que me entienda me doy por pagad@”. Como dije anteriormente poco a poco nos hemos conformado con realizar una tarea heroica y que en la intimidad del profesorado es autocomplaciente.
Como pedagogos debemos ser más ambiciosos y no por eso dejar de rescatar estrellas, pero no podemos pensar que es la única forma de solucionar el problema.
Desde nuestra formación inicial, en algunas practicas de observación hasta el ejercicio real docente que iniciaremos (algunos ya iniciaron), seremos testigos de muchas estrellas que han sido siempre relegados al sector más vulnerable de la sociedad. Son ellos los que no aparecen en las encuestas, los míticos qu pertenecen a esas familias que efectivamente viven o sobreviven con el sueldo mínimo, esas familias que la gente muchas veces creen que no existen, que solo están en el imaginario colectivo y que los políticos aluden a ellas cuando de caridad se trata.
ResponderEliminarAunque eso no es todo, también hay otras estrellas perdidas, otras que padecen otro tipo de carencias, del orden afectivo, cultural, aquellos que tienen todo lo material y no lo esencial.
Estaremos en contacto constante con estos niños y ellos, más que todos deben ser nuestro motor para ser pedagogos, para dejar en ellos una marca que los motive, para que sientan que no fueron invisibilizados como siempre, sino que alguien se interesó en ellos.
Las estrellas no tienen sexo, color, raza o religión, menos un status social, las estrellas no son ni menos ni más que las de su clase, las estrellas tampoco deben tomarse sólo como estudiantes, por lo que también podemos identificarlas como docentes.
ResponderEliminarLas estrellas necesitan ayuda, se encuentran desfavorecidas ante el contexto en cual se desenvuelven, pero la ayuda a las estrellas es un movimiento mayor, un movimiento social, no de conformismo sino de cambio, de open mind.
Del punto de vista pedagógico es el enseñar a los demás pero también aprender de esa enseñanza, para no estancarnos e idealizar, sino vivir la realidad y comprender la de los estudiantes a los cuales educaremos y también a aquellos docentes que desmotivados ya no se mueven por una mejora, es generar cambio y ser capaces de responder a los desafíos siendo visionarios en la educación dentro de su amplitud, desde el aula hasta el centroeducativo y no desfallecer en el intento, no volvernos una estrella más estancada en la playa.
Claudia Neira Zorondo
ResponderEliminarmi manera de ver este cuento, es setir que yo como pedagoga soy ese joven que lucha trabaja y se esfuerza dia a dia por una o mas estrellas, ante lis ojos de otros puede ser algo imposible o intenminable y con un final no tan grato, pero para quien realiza la labor ea algo destacadamente grande...inesplicable, satisface tu vida y te llena, te hace pleno el solo saber q aportaste en algo y eso se vera reflejado en cada persona, asi como la estrella vuelve al mar, y sigue su camino, es igual como nosotros hacemos seguir un nuevo camino a nuestros niños, este cuento refleja lo que nos costara y lo que nos vamos a tener q forzar para que cada estrella que llegue a nuestras pueda seguir viviendo.
Miguel Cortes,
ResponderEliminarEste cuento me recuerda que yo cuando joven participaba en el Grupo de Andinismo de mi Colegio, y generalmente íbamos de paseo al Cajón del Maipo, a la cueva de un Ermitaño, si el vivía en una cueva, y me podrán creer que en el interior de su hogar (cueva) casi el 80% del espacio interior era ocupado por libros, bueno uno llegaba al lugar el cual era conocidos por todos los lugareños como: "La cueva del Cata", o la Cueva de Don Cata", lo admirable de estas visitas es que uno llegaba y el te dejaba su hogar, y lo único que te decía era: cuida mi casa y mis libros, que son mi más preciado tesoro, bueno siempre le te mostraba sus nuevos libros te los enseñaba, comentaba y dibujaba, si te los ilustraba, era genial, siempre dijo el saber no ocupa espacio, frase que hasta hoy recuerdo. Bueno este cuento se relaciona directamente en mi memoria con los que les acabo de contar ya que el “Cata” era un pedagogo al 100 % y que siempre por muy ermitaño que fue nos educaba por sobre todas las cosas, nos enseño a lavar la loza con arena, a hacer fuego con hojas de boldo, etc. el vio en nosotros quizás esas estrellas que necesitábamos conocer el mundo. Hoy nosotros debemos tener la perseverancia de querer siempre empezar una y otra vez, nuestras estrellas no se pueden apagar ya que se apagarían las luces de esperanza de muchos de nuestros niños y niñas, hoy mas que nunca debemos poner todo de nuestras ganas y vocación para ser recogedores de estrellas.
Maria Teresa Alvarez
ResponderEliminarLo primero que se me vino a la mente con este cuento, es cuando Abraham intercede por Sodoma ante Jehová, y pregunta " quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿ destruirás también y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que están dentro de él?
Entonces respondio Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.
Continúo Abraham hasta llegar a que si solo hubiesen 10 justos en Sodoma, y Jehová respondio, no destruiré, por amor a los diez.
Porque se me vino esto a la mente, creo que por amor todo es posible, nosotros como futuros profesores debemos amar la educación, luchar para que todas las personas tengan las mismas oportunidaes, sin diferencias, ni que la educación persiga fines de lucro, luchar contra este sistema para no dejar fuera o discrimir a los mas desposeidos o vulnerables al derecho de ser educados,tener las mismas posibilidades como personas que somos todos por igual, la educación es un derecho para todos, siento que el cuento trata de alguna manera hacernos ver que debemos, tenemos la responsabilidad de salvar la educación, buscar esas estrellas que no tienen los medios,buscar los desertores de las escuelas, y llevarlos de vuelta a esa su segunda casa que es la Escuela.
Eliana Morales Ruz
ResponderEliminarDespues de leer este cuento pienso en todas las veces que el cansancio me ha agobiado y perdido alguna esperanza y luego al comenzar un nuevo día de trabajo en el colegio donde trabajo vuelvo a creer que la pena.. que es posible ser un pequeño aporte para que estos jóvenes que atiendo tengan una posibilidad de no quedar "varados en la playa" y sólo mueran y aunque sea a algunos pocos devolver al mar...tiene sentido haber elegido esta profesión que más eso es mi vocación...el tiempo a veces (15 años) nos va quitando las ganas y encontramos que no podremos hacer mucho por cambiar la realidad, pero si es posible..espero no perder las ganas....y seguir creyendo que es posible...
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años